Entrevista: ALBERT FERT, premio Nobel de Física

« Mis colaboraciones en San Sebastián han aumentado porque aquí puedo colaborar con muy buenos físicos no solo en la universidad, sino también en institutos como Nanogune o el DIPC »

ALBERT FERT Albert Fert. Photo: UPV/EHU

Albert Fert Carcassone, 1938) es uno de los dos científicos descubridores de la magnetorresistencia gigante, efecto de nanofísica que permitió revolucionar la tecnología de los discos duros y que también desencadenó el desarrollo de un nuevo tipo de electrónica llamada espintrónica. Por este descubrimiento obtuvo el premio Nobel de Física en 2007, junto a Peter Grünberg. Sus investigaciones actuales en espintrónica son prometedoras de una nueva generación de componentes para ordenadores que consumirían mucha menos energía.

El físico francés fue nombrado doctor Honoris Causa por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) en 2017. En 2020 se incorporó como Investigador Distinguido a la Facultad de Química de la UPV en San Sebastián, en donde desarrolla su labor investigadora en el Departamento de Física de Materiales y también con colaboraciones con institutos como el Donostia International Physics Center (DIPC) y Nanogune. Es el primer premio Nobel de Física adscrito al claustro de profesores de una universidad española

Además, Fert ha sido sido ponente habitual en el congreso Sol Sky-Mag (International Conference on Magnetism & Spintronics) que se celebra anualmente en Donostia / San Sebastián desde 2016 y colabora con el Donostia International Physics Center (DIPC).


¿Cuándo vino por primera vez a San Sebastián y qué es lo que más le atrajo de la ciudad?

Creo que de la primera vez hará unos 20 años, y es una zona que me gusta mucho. He vuelto a San Sebastián varias veces con ocasión de conferencias científicas, en el cuadro de mis colaboraciones con la universidad.

Lo que más me atrajo fueron los paisajes del lugar, la vista de la Concha, la bella panorámica que tengo desde el hotel Londres, la vista desde el monte Igeldo... A mi mujer y a mí lo que también nos gusta mucho es la elegancia de la ciudad. Es una ciudad con calles muy bellas, con tiendas muy bonitas, y mucha elegancia en los escaparates... Es una ciudad muy limpia y resulta muy agradable recorrerla.

Ir a San Sebastián es también la cocina, los buenos restaurantes con estrellas Michelin que conocemos. Y lo que también nos gusta es la belleza de muchas casas, las esculturas dentro de la ciudad, el Peine del Viento, el museo Chillida... Y también los alrededores; por ejemplo, nos encanta tomar la carretera hasta Getaria, es un puerto muy bonito y tiene unos restaurantes buenísimos.


¿Cuál es su percepción del ecosistema de ciencia e innovación en San Sebastián?

Bueno, la prueba de que este ecosistema me gusta es que he optado por tener muchas colaboraciones con las universidades y laboratorios de San Sebastián. Actualmente soy Investigador Distinguido en la universidad, y de hecho desde hace mucho tiempo colaboro con los científicos, los excelentes científicos de San Sebastián, ya que estas colaboraciones se iniciaron hará unos quince años con un físico que se llama Luis Hueso, uno de los líderes del laboratorio Nanogune.

Hace ya 15 años ya se dieron las colaboraciones, y publicaciones en la revista Nature y luego estas colaboraciones se ampliaron porque hay físicos muy buenos no solo en la universidad, sino también en institutos como Nanogune o el DIPC (Donostia International Physic Center) presidido por Pedro Miguel Etxenike y dirigido por Ricardo Diaz, con quienes colaboro a menudo.

En mi opinión hay mucha animación cultural, artística y científica. Cultural, con el festival de cine, el festival de jazz... y científica, por ejemplo, con manifestaciones como Passion for Knowledge, organizada por el DIPC, que presenta conferencias de científicos internacionales muy buenos sobre problemas científicos.


¿Por qué su colaboración con la Universidad del País Vasco y el Donostia International Physics Center? ¿En qué están trabajando actualmente?

Las colaboraciones que tengo actualmente con físicos aquí en San Sebastián son, por ejemplo, para investigaciones sobre una nueva familia de materiales, los materiales bidimensionales. El grafeno fue el primer material bidimensional que se introdujo en la física hace unos 20 años; desde entonces se ha desarrollado una gran familia de materiales bidimensionales que tienen cierto número de ventajas con relación a los materiales tridimensionales habituales. De manera más general, mantengo colaboraciones en espintrónica para la realización de sensores o el estudio de nuevas propiedades de electrones de superficies llamados electrones topológicos.


Recibió el premio Nobel en 2007… ¿cómo vivió el reconocimiento? ¿Le abrió puertas y oportunidades?

He obtenido satisfacciones pero tengo que decir que la investigación por ella misma aporta también muchas satisfacciones. Cuando se explora y se encuentra, eso es una gran satisfacción. Y luego el premio Nobel es, como decimos en francés, la cerise sur le gâteau, la cereza del pastel. Y claro, el premio fue una satisfacción y me alegré de que también lo fuera para todo mi equipo, y para toda mi familia. Además, un premio así abre puertas.

Creo que estuve bloqueado durante dos años porque había muchas cosas que hacer, entrevistas, emisiones en programas de radio que me frenaron un poco... Y luego al cabo de dos años pude volver a retomar mi actividad de investigación al ritmo habitual. Después del premio Nobel he hecho muchas cosas interesantes.


¿Cuáles son sus próximos desafíos de investigación?

Actualmente trabajo en direcciones nuevas que hace diez años no existían. Me refiero a los materiales magnéticos bidimensionales. En primer lugar es uno de los temas de mi colaboración con San Sebastián, y sobre otras cosas, un poco más difíciles de explicar, que son nuevas cuasipartículas, llamadas skyrmions. Los skyrmions son pequeños enrollamientos locales en unos pocos átomos de espín que tienen una topología particular.

Estas pequeñas partículas skyrmions son como unas bolitas y podemos desplazarlas a una gran velocidad, a velocidades que alcanzan el kilómetro por segundo. Entonces, en un tipo de bola como esta, 1 kilómetro por segundo quiere decir que recorre distancias del orden nanómetro en muy poco tiempo, del orden del nanosegundo, y por tanto los intereses fundamentales en estudiar este nuevo tipo de partículas topológicamente protegidas son múltiples. Aquí intervienen conceptos matemáticos, conceptos de física, de física cuántica relativista, además. Así que el interés fundamental en explorar esta física es muy grande, y también hay aplicaciones en perspectiva. Se ha propuesto un cierto número de aplicaciones, y en mi laboratorio estamos trabajando en ellas.

Debo decir que hay una nueva dirección en mi laboratorio que me interesa, y son los materiales para ordenadores neuromórficos inspirados por el cerebro, neuromorphic computer. Por decirlo de algún modo, el cerebro funciona mucho mejor que los ordenadores actuales, es mucho más eficaz, y actualmente se da una cierta tendencia de la informática, de la computarización, hacia la fabricación de ordenadores basados en el principio de funcionamiento del cerebro con sinapsis y neuronas.

Pero actualmente en estos ordenadores neuromórficos se imita la sinapsis mediante un pequeño microcircuito que tiene 50 transistores; la neurona son 100 transistores. En seguida estamos hablando de ordenadores que son muy grandes y que gastan mucha energía, porque son necesarios 100 transistores para hacer una neurona, y otros 100 para hacer una sinapsis. En mi laboratorio trabajamos sobre los desarrollos de los nanocompuestos, sinapsis y neuronas, que son muy pequeños, y que no están hechos con transistores, sino utilizando la espintrónica

La espintrónica es la electrónica resultante de mis investigaciones, un nuevo tipo de electrónica que ya tiene aplicaciones en vuestros ordenadores, pero en este caso son aplicaciones de espintrónica para estos nanocompuestos inspirados en el cerebro, es decir, pequeños nanocompuestos que son o bien una sinapsis o bien una neurona.

La espintrónica tiene actualmente interés en relación con la Random Access Memory, unos componentes esenciales de los ordenadores. Las RAM clásicas con semiconductores gastan mucha energía. Son RAM en las que la información se guarda de manera volátil, es decir, siempre hay que abastecer de energía para mantener la memoria. La espintrónica ha inventado unas MRAM (Magnetic Random Access Memory) que tienen la ventaja de gastar mucha menos energía, lo que es una ventaja considerable para los problemas de global work y de calentamiento climático.

De hecho, actualmente, ciertas compañías como Samsung y otras empiezan a fabricar masivamente estos nuevos compuestos espintrónicos que tal vez ya se hayan introducido en vuestros ordenadores sin que lo sepáis, y que permitirán reducir progresivamente mucho consumo de energía por parte de todas las tecnologías de la información y de la comunicación. Si se me permite hacer un comentario sobre este asunto, estas tecnologías de la información y de la comunicación, con el desarrollo de internet y de los DataCenters, consumen más o menos un 10 % de la electricidad mundial, lo que para empezar ya no es poco. Y se prevé que con el desarrollo de los DataCenters esta cifra alcanzará el 20 % dentro de diez años. Por lo tanto es de esperar que estos nuevos compuestos surgidos la espintrónica, si la industria electrónica consigue producirlos masivamente y de forma progresiva, permitirán contribuir de manera significativa a la ralentización del calentamiento global.


¿Qué cree que aporta la ciudad de San Sebastián para investigadores y científicos?

La ciudad de San Sebastián, y el País Vasco, han ayudado mucho al desarrollo de la universidad y de los institutos de investigación. Creo que los científicos del País Vasco llevan ventaja con respecto a muchas otras regiones de España. Creo que algo semejante ocurre en Cataluña, pero, en resumen, es una situación muy favorable para los científicos en San Sebastián y en el País Vasco en general.